
ALTA TENSIÓN. ¿QUÉ HACER?
A menudo hablamos de "hipertensión arterial": una buena parte de la población la padece, especialmente después de cierta edad.
Lo que arriesgas
Las consecuencias de la presión arterial elevada pueden variar desde síntomas "menores", como una sensación de malestar (a veces acompañada de mareos, visión borrosa, puntos negros en el campo visual, zumbidos, dolor de cabeza), hasta problemas graves, consecuencia de la rigidez. y daño a los vasos o sobrecarga del músculo cardíaco. Estos problemas pueden evolucionar y dar lugar a efectos extremos como aterosclerosis, coágulos de sangre y ataques cardíacos.
¡No subestimes los primeros signos de presión más allá de la norma!
CONCIENCIA Y CONTROL
Hoy en día es muy fácil auto medirse la presión arterial, que se puede hacer cómodamente en casa, en reposo, y que debe realizarse periódicamente.
¿Cuáles son los valores óptimos de presión? Estos no superan los 120 mmHg como máximo y los 80 mmHg como mínimo. Más allá de 140/90, se habla de hipertensión real. Pero, ¿a qué se refieren estos valores? Los valores de presión indican la fuerza, máxima y mínima, con la que la sangre presiona las paredes de la aorta (de hecho los valores que se miden son los de la arteria braquial, del brazo, pero estos reflejan bien los de la aorta).
Atención entonces: si nos damos cuenta de que tenemos valores altos estables, vale la pena una visita al médico que, si nada más, nos aconsejará sobre un estilo de vida orientado a reequilibrar la presión, también recomendado para quienes no padecen hipertensión arterial.
ESTILO DE VIDA
El nuevo estilo de vida debe evitar sobre todo el estrés y la tensión: las preocupaciones aumentan la presión y la frecuencia cardíaca, "desgastando" el corazón y los vasos. Un estado de serenidad, buen humor, relaciones sociales, en cambio nos ayudan a relajar la agitación y mantener el bienestar circulatorio.
La sal, el tabaquismo y las grasas saturadas son otros factores que pueden dañar el estado de los vasos, elevar la presión arterial y llevarnos, a la larga, a problemas graves.
La práctica de la actividad física es, en cambio, el consejo inevitable: el movimiento aporta grandes beneficios al cuerpo, ayuda a regular la presión y combate el sobrepeso, otra condición que conlleva un riesgo considerable para los vasos y el corazón.
LOS DONES DE LA NATURALEZA
A veces, sin embargo, sucede que nos encontramos en situaciones de impasse: seguimos una dieta correcta y prudente, hemos adoptado nuevos hábitos más saludables, pero los valores de presión arterial no quieren saber que bajen: si permanecen allí, "estancados", ligeramente por encima del rango. óptimo, donde todavía no es necesario recurrir al uso de un fármaco, pero donde hay que hacer algo.
La solución en este caso podría ser coronar los buenos hábitos con un producto natural especialmente diseñado.
De hecho, existen componentes naturales con la capacidad de promover el mantenimiento de los niveles fisiológicos de la presión arterial.
Un producto que combine las cualidades de estos principios en sinergia es el consejo adecuado para quienes desean aceptar la ayuda de la naturaleza para mantener su bienestar. A lo largo de los siglos, cada cultura ha seleccionado unos principios de origen vegetal destinados a reequilibrar los valores de presión.
Si en África, y especialmente en Egipto, la infusión de Hibiscus (el karkadè) se utiliza mucho para mantener niveles de presión moderados, en China siempre se ha utilizado la corteza de Eucommia ulmoide. Los extractos de olivo y espino son bien conocidos por los europeos.
Ibisco, Eucommia, Olivo y Biancospino, gracias a la intervención específica y característica de cada uno de ellos, trabajan juntos para intervenir precisamente allí donde todavía no necesitamos el fármaco, sino “una ayuda extra”.
Descubra las 10 REGLAS DE ORO para mantener la presión arterial bajo control.